Páginas

miércoles, 2 de agosto de 2017

Tan real

Y es que ahí me encontraba en ese mismo lugar al que negué con rotundez visitar. No había nadie que conozca o que quisiese conocer, era todo confuso como si hubiese entrado por error, todos serios o demasiado emocionales y yo sin estar muy seguro. Y es que sólo siento confusión todo tan irreal, todo a excepción de ese nudo en la garganta que parece apretarse más y más tras cada paso que doy. Creo haber tropezado con alguien y disculparme con otro, puede que haya caras familiares o que mi vestimenta no encaje, ando mirando mucho y viendo poco. Parece haber un algo que me exclama que no, que nada de esto está pasando y por un rato quede atrapado en ese pensamiento, fue entonces cuando te vi ahí estabas siendo tan el centro de todo y yo que lo había olvidado. Estabas tan natural como todos los días, ¡tan bella!, aún podía sentir eso, ese no sé qué, que me trasmitiste siempre. Tan igual y la situación tan real que no lo parecía. Los ojos, mis ojos, podía sentir como segundo a segundo se iban llenando, aguantando aún sin rebalsar y aquel nudo, tan presente ¿Cómo iba yo a sentir pena por mí mismo?, viendo justo esas caras a esas con las que en un principio evite hablar, las vi tan arrugadas que el nudo se estremeció, ya no no sólo causaba incomodes sentía que si lo intentaba no iba a ser capaz de hablar. Dí los últimos pasos, tomé tanto aire como pude y hablé "No me conocen pero yo he escuchado mucho de ustedes, soy Alan y sólo quiero decir que lo siento." Y es que no quería venir, no quería que murieras.
Imágenes invaden mí cabeza  imágenes de una vida juntos. De despertar girar la cabeza y verte mi lado sin querer despertarte. De estar a carcajadas, incluso disfrutando de tu compañía aún sin hacer nada, vos en tus cosas y yo en las mías sabiendo que estás ahí. De no poder evitar sonreír y ni notarlo. De un vestido también, uno blanco que lucias tal desnudes y yo de traje, el lugar lleno de gente, están incluso aquellos que ni sé a que vinieron pero no importa, ahí estas, acá estamos.
 Las imágenes se volvieron cada vez más y más solidas hasta que pude verme a mí mismo, con ese mismo traje, parado justo frente a mí. Es la vida que pudimos haber tenido pensé y entonces habló, aquel que era yo ese que estaba frente a mí, dijo "En una vida viven felices, en la otra ella muere... Y en ésta te despiertas..." Se sintió tan real.